miércoles, 23 de julio de 2008

Norte

Comimos sandía.
Nos pegoteamos los dedos.
Tu cara era mi sol norteño.
El pueblo tenía olor a mediodía.
El espejo decía
que había dientes de leche
y ojos de futuro.

17-02-2008

3 comentarios:

Saludos, Terrícolas dijo...

Bueno! Parece que existe la poesía después del trabajo! A cómo sea, me alegra verte por estos lares, y por supuesto que esto no es ningún reclamo: simplemente se te extraña. Ya me haré un rato para escribirte (o sea, haz lo que digo pero...) :)

Anónimo dijo...

Trabajar es importante,poder sustentar gastos necesario,pero lo que tienes dentro gurisita,esa explosion de vida, espiritu y mente,por dios eso es imprecindible. mincha

Marcelo Escobal dijo...

Amor, siempre una sorpresa atrás de un link. Brillante, como siempre.