domingo, 30 de diciembre de 2007

Bloggear poesía

Estaba pensando en el comentario de Manuela y sus reflexiones e interpretaciones. Me encantó su revivencia a partir de mis vivencias.También me interesó cuando dice que, en otro poema, Androides en el armario, no llega totalmente a entender lo que yo quise plasmar. Me pregunté cuáles eran las intenciones cuando escribía. ¿Será que uno quiere que el otro vibre con nuestros vivires pintados en un poema, o que el producto en sí, que uno pretende artístico tiene vida propia y habla cosas que nosotros creemos no haber puesto en ellos?

Como lectora de poesía me complazco en las dos cosas. Cuando creo entender lo que el otro quería decir tengo ese profundo impacto de la empatía y del acto de comunicación consumado, en forma total. Cuando saco de un poema lo que a mi me gusta encontrar y me desentiendo del autor, disfruto de manera activamente apreciativa. [1]Otras veces me complazco en lo formal o incluso melódico del lenguaje en sí, su cadencia, su secuencia de imágenes, me parece haberme enamorado de la propia estructura lingüística como quien se complace en la perfecta técnica de un cuadro.

Los poemas que me dejan impávida son los que resultan tan oscuros que no llego a generar ni imagen propia ni ajena. Me quedo un buen rato observando buscando el algún hilo de alguna trama mental del sentido que alguien quiso adjudicarle. Los que me aburren son los que de hecho recurren a combinaciones tan trilladas que uno siente que hojea un catálogo. En esto cae muchas veces el poema pop. No es que lo pop no tenga su valor también, porque hay veces que justamente su poder convocante lo puede hacer tremendamente conmovedor.

Ahora, lo que me copa de la actividad de escribir un blog de poemas es que esa impresión del lector muchas veces me llega a través de los comentarios. Cada poema entonces se vuelve el poema y su secuela de comentarios, como feedback que se integra a un nuevo discurso conjunto, con su propio valor. Creo que allí está la particular riqueza del blog como género. Con su estructura intertextual tiene la capacidad de aunar muchas voces.


Esa libertad que nos ofrece un blog, como “obra abierta” a los demás, posibilita una concepción de actividad poética casi como show, como “performance” que tiene lugar bajo la mirada de los otros. A su vez ese performance es como las obras de teatro que abren el escenario al espectador. También puede vivirse como imponente intrusión en la creación propia. Visto desde el lado de quien escribe es una especie de exposición impúdica de uno mismo que requiere o valor, o desfachatez o indiferencia, aunque este tercer elemento es más descartable dado que hay una publicación, por lo tanto debe haber alguna intención detrás. Esto se hace a sabiendas además de que uno no es un poeta reconocido que deba rendir pleitesía a una supuesta fama ya ganada, por pequeña que fuera la comarca de lectores. Lo cual me lleva a una pregunta: ¿cuándo una persona es “un poeta”? ¿Cuando escribe poemas o cuando alguien le dice que eso que escribió es arte porque así merece ser llamado? Una forma de “volverse un poeta” pude ser tener un libro de poesía publicado. Al menos en muchos casos un libro es publicado solo si un editor le dio el “si”. Aquí viene otro interesante aspecto del blog, es una forma de publicar con prescindencia total de la opinión de cualquier otro. Pero si uno además posibilita los comentarios hay una valoración de la voz del otro. Y siempre que se le da voz al otro se debe, por educación comunicativa y por ética, escuchar lo que dice. Al menos ese es un valor al que adhiero. Bloggear, por lo tanto, as algo más que escribir. Bloggear es entrar en diálogo abierto. Es desarrollar un género con más vida propia aún que el texto mismo porque invita a otros a volverse autores. Bloggear nos puede llevar a publicar textos a medio pulir y a medio nacer. Bloggear poesía se parece a un taller de pintura vuelto galería a la vez. Uno pinta, cuelga o descuelga o modifica cuadros con los visitantes mirando y haciendo comentarios en voz alta. Es muy distinto al libro, que se parece más a abrir la puerta una vez que la exposición está armada.

Bueno, sobre Androides en el armario volveré luego. Gracias Manuela nuevamente. Y gracias a todos los que tan amablemente han comentado en este blog durante el año. Esos comentarios son lo que le dan más vida.


[1] Los Límites de la Interpretación y Lector in Fábula de Eco desarrollan y profundizan el tema de las interpretaciones y el papel del lector en la interpretación textual.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Solo una persona con un sensibilidad muy especial,y una marcada tendencia hacia la sociologia y la linguistica puede expresar tan correctamente el sentido de bloguear,Eso abre ademas un parentesis para reflexiones posteriores e invita al acuerdo y desacuuerdo.Gracias por escribirlo,cuando madure mi idea volvere a él.Te quiere Mincha

Anónimo dijo...

Gostei muito desse post e seu blog é muito interessante, vou passar por aqui sempre =) Depois dá uma passada lá no meu site, que é sobre o CresceNet, espero que goste. O endereço dele é http://www.provedorcrescenet.com . Um abraço.

Anónimo dijo...

hola.
aunque ya me hicieron los lentes o no pedria escribir tanto.
no se como haces.
igual tomemos en cunta que yo tengo un blog mio y otro a medias con lara 2 metroflogs mios y 2 a medias y un fotolog.
y que tengo que poner algo o suvr una foto aunque sea una vez por semana.
chau te quiero.
aaa por favor mañana no me sieres la puerta del cuarto por que me resongaste por que ari la puerta ye hico ruido y despues me la cerraste!!
y yo me estava hacieno pipi!!!
aunque opte por slir.
chauu.