viernes, 29 de febrero de 2008

Petates

Llevo todo tipo de chirimbolos
rodando en el fondo de mi maleta
un libro, una bandera, un cuadernito
un delantal, un cuadro de una luna
una foto redonda en las esquinas.
Todo tiene un motivo, un argumento.
Lo miro, lo recuento, lo atesoro.
Me he vuelto poco a poco más vizcacha.
Presa de lo tangible está mi mano.
Otrora me bastaba el videoclip
de sentires, imágenes, sonidos.
Será que habré aceptado lo finito.
Será que armo mi propio mausoleo.
Mi museo, mi botín, mi salvataje.
Mi resistencia al despojo y al olvido.
Y si lo diera a la kermess de una escuelita,
o si de vieja lo guardara en algún cofre
y lo mostrara en la siesta a mis nietos.
Algún fin han de servir estos petates,
de memorias, de instantes, de vivires
Díganme que es verdad que no se borra,
que algo queda, perdura, sobrevive.

Como tengo en vistas una mudanza, estuve parte del verano tratando de guardar mis cosas. Las mudanzas nos obligan a pasar revista a todas nuestras pertenencias. Necesito más cajas y algo más de tiempo...

1 comentario:

Anónimo dijo...

Marina,realmente no se como lo haces,pero cada vez qeu te leo mas me facina tu forma de escribir.Supongo que es la hermosa vida interior que posees y que escapa en esta lineas.te quiero chiquita.mincha