domingo, 2 de diciembre de 2007

Androides en el armario

El pueblo tiene casas desoladas

Se ha parado el miedo en los umbrales

A hurtadillas se acercan los telones

De una noche de brillos opacados

Se derrama una lágrima grandota

Por tus lúgubres y anchas avenidas


Se cobija una luna en tu osamenta

Promete luz bajita y una nana

Te duerme una suave insuficiencia

Te lleva un mar de ensueño y poesía

Pero el primer rocío te despierta.


Te tanguea la noche en los balcones

Te promete alcohólicos abismos

Te barren las canillas y te mojan

Te vas a la deriva, envejeciendo


Pero el rayo descorre las pestañas

Detrás de los cerrojos se oyen filos

Hay puños en las mentes

Ideas en las manos

Se escapan los androides del armario

30-11-07

7 comentarios:

Analía dijo...

Que bonita poesía :) Sin embargo, me pregunto donde estará ese pueblo de casas desoladas del q hablas. Tiendo a pensar que está dentro de ti. Quiza habría que decorarlo con lucecitas de colores que brillen a la luz de la luna. Quizá ese pueblito se vería mas feliz.

Mariana Porta dijo...

El estado de tristeza, como el de alegría, puede ser propio o empático. Pero viste que aunque uno tenga estados de felicidad bastante permanentes, la sensibilidad al entorno está siempre. Por supuesto que son imágenes bastante metafóricas en un collage medio videoclipezco que pretendo armar, porque así surgen muchas veces los trozos de poesía. Creo que lo que está detrás de esto es mas bien una visión del mundo donde hay una somnolencia perenne para reaccionar, que muchas veces se mece al copas de la frivolidad mediática y de los conocidos recursos enajenantes. A alguna gente la vida se le va en eso. Sin embargo siempre hay alguien alerta a quien la rebeldía no se le ha lavado del todo. Y realmente no importa mucho la forma que tome, siempre que signifique estar despierto y elegir como llevar la vida. Creo que por allí van algunas de las cosas que he posteado ultimamente.

Gracias Analía. Supongo que unir esto con la persona que ves en el trabajo no siempre cierra, je je!!Pero no estoy al borde de una depresión ni nada que se le parezca.

Unknown dijo...

Mariana,hace tiempo no te comento.Es increibe como la persona que escribe intenta decir lo que quiere,y las variadas formas con que te leen y te ven otras personas.Todas o ninguna tiene tazon,tal vez porque respondemos a nuestros propios estados animicoas.Para mi ese pueblo existio y existe y hay una mezcla de simbologia de tiempos pasados con presentes.Y tienes razon saquemos los androides del ropero,para eso me pliego,Co todo amor mincha

Mariana Porta dijo...

Sin duda que hay un poco de ambos tiempos. Viste que para desarrollar sentimientos hacia la gente, los pueblos, etc. los tiempos son a veces solo un detalle.

Marcelo Escobal dijo...

La historia detrás de este texto es bien interesante. Estaba tocando en la guitarra una imitación pobre de una canción de la Bersuit que pinta un ambiente similar, cuando me encuentro con este texto de Mariana. El primer impulso fue ponerle música. Me pareció un típico "poema de guerra" de Mariana: sensación apocalíptica superpuesta a la determinación de hacerle frente. Es esa cosa que decía Silvio:
"El día del Armagedón
no quiero estar tras la puerta
sino soñando bien alerta
donde esté a salvo de perdón".
Amo a mi mujer!.
ME

Unknown dijo...

Impecable, me encantó, sinceramente lo digo.

Igual yo no venía a deleitarme con tus palabras, venía a darte la bienvenida al Grupo de Bloggers Uruguayos (y Comunidad Uruguaya de Blogger en formación).

Te esperamos dentro del grupo para que nos cuentes algo sobre vos y tus blogs y para que el resto también pueda darte la bienvenida.

Hasta pronto.

Noel.

Anónimo dijo...

Estimada Mariana:

Que maravilloso escribes!
Me place tener la posibilidad de acceder a tu blog a deleitarme con tu capacidad de arte. Y digo capacidad porque se trata de algo interior, que solo ciertos seres desarrollamos guiados por el puro sentimiento.
Sinceramente, espectacular!
Valga nuevamente mi agradecimiento por tu invitación a visitar tu blog, tu espacio literario, y sin duda alguna: un especio inspirador!

Cariños,
Luciano

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