Tengo un coco relleno de palabras
Que quiebro contra el mármol bien pulido
Un choclo de conceptos que desgrano
Con dedos apurados y precisos
El caldo tibio que vierten mis temores
Un horno de ideas afiebradas
Un freezer repletito de recuerdos
Un libro de recetas ya probadas
Y cocino las milhojas de mi vida
Y revuelvo los guisos de mi embrollo
Y me río como una descosida
Y con sal de mis lágrimas sazono
Se servirá, saboreará y digerirá
En tanto quiera y pueda enamorarse
Del arte culinario de encararse
Acariciando el arpa de sí mismo.
2 comentarios:
decididamente eres una capa.Este último está genial.te quiero pequeña niña,y siempre me gusta digerir tus "cocos"besos mincha
Muy bueno. Si hasta se siente el aroma... sobre éste no voy a preguntar.
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