sábado, 31 de marzo de 2007

Mis recuerdos más lejanos 1

La casa era grande y bonita. Tenía sillones rojos estampados y placares en cada habitación. Permanecían con las puertas entreabiertas y dejaban escapar el mundo imaginario que yo guardaba en ellos cuando jugaba sin que nadie me viera. Me daba temor y placer pensar en los placares entreabiertos y oscuros. El silencio y la música clásica alternaban. Mamá solo hablaba conmigo porque papá dormía. Me asomaba al dormitorio y en la penumbra lo veía tendido y cubierto por una colcha roja. Mamá y yo llenábamos el espacio, menos el de los placares.

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