domingo, 1 de abril de 2007

La luna

Lugar común para todo el que escribe poesía. Ocuparse de la luna puede ser tan bucólico y romántico como temáticamente pobre. Pero no lo puedo evitar. Algo tan hermoso sobre nuestras cabezas debe ser reconocido y admirado, y a mi me cuesta mucho admirar en silencio. Por otro lado me parece el ícono del deseo, por excelencia. Está allí para que todos la vean. Es inalcanzable, bella, cambiante, enigmática, noctámbula, huidiza, dominante, brillante, tímida. Y a la vez ... puro reflejo.

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